Michael Riley desea tener de nuevo 17 años y su deseo se convierte en realidad. Michael vuelve al instituto donde estaba enamorado de Laura por la que aún se siente atraído.

Un sueño que se hace realidad es a veces más difícil de llevar que la realidad que lo precidió. Así lo descubre Michael Riley (Robert Urich) cuando de repente se concierte en un joven de 17 años.



Michael observa las consecuencias de su edad, el pelo cada vez más escaso, arrugas en la cara y la envidia por sus colegas más jóvenes y dinámicos. Una noche de vuelta a casa, sólo en el autobús, empieza a sentir añoranza por su juventud... cuando tenía 17 años, sin ningún problema. Imprevisiblemente su deseo es concedido por un misterioso ángel (Jack Gilford), que aparece en el asiento trasero. Anonadado por su transformacion, Michael decide aprovecharse de aquellos días de juventud libres de preocupaciones.



Vuelve a su ciudad natal e inmediatamente se enamora del que fué su primer amor, Laura Travis (Lindsay Wagner). Sólo hay una pequeña complicación, él tiene 17 y ella 38. La situación de Michael, unas veces divertida y otras conmovedoras, provoca inumerables problemas a todos los personajes involucrados.